Atha Sādhu-saṅga (Parte 2)

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Un día, estaba en un centro comercial y descubrí una venta de libros antiguos. “Viaje fácil a otros planetas” de Śrīla Prabhupāda, fue uno de los libros que tomé. Comencé a leer este pequeño libro de inmediato y lo encontré bastante interesante, pero no me di cuenta de la conexión entre el autor e ISKCON. Me impresionaron tanto los escritos de Śrīla Prabhupāda, que habría cambiado de opinión y habría vuelto al templo si me hubiera dado cuenta.

Por Satyanarayana Das

En busca de un Gurú.

Un día, estaba en un centro comercial y descubrí una venta de libros antiguos. “Viaje fácil a otros planetas” de Śrīla Prabhupāda, fue uno de los libros que tomé. Comencé a leer este pequeño libro de inmediato y lo encontré bastante interesante, pero no me di cuenta de la conexión entre el autor e ISKCON. Me impresionaron tanto los escritos de Śrīla Prabhupāda, que habría cambiado de opinión y habría vuelto al templo si me hubiera dado cuenta.

Después de un año me trasladaron a la sede de mi empresa en Detroit. Allí viví con un amigo indio de IIT Kharagpur que provenía de una familia piadosa en Calcuta. Esta fue la primera vez en mi vida que pude hablar con mi corazón abiertamente. Tenía algunos amigos indios en Miami, pero no participaba en conversaciones espirituales con ellos. Por lo tanto, fue una agradable sorpresa tener un compañero de habitación en Detroit que tenía muchas inclinaciones espirituales. Nos hicimos muy buenos amigos y a pesar de nuestro escaso conocimiento, siempre estábamos discutiendo temas espirituales en nuestro apartamento. Solíamos ir a la Biblioteca Municipal en el centro de Detroit a comprar libros sobre hinduismo, yoga y espiritualidad y planeamos eventualmente renunciar a nuestros trabajos para poder regresar a la India y buscar un gurú. Me acostaba en la cama todas las noches y soñaba con caminar por los Himalayas en busca de un gurú autorrealizado. También fue entonces cuando mi amigo y yo comenzamos a ayunar los fines de semana porque leímos en un libro sobre yoga que el ayuno da control sobre los sentidos, que es el paso preliminar para la autorrealización.

Mientras estaba en Miami, tuve contactos con muchos de mis compañeros de clase anteriores y otros estudiantes de mi Instituto. Sin embargo, lo consideré una molestia porque a todos estos amigos les gustaba el disfrute material y no había ni la más remota posibilidad de hablar de espiritualidad con ellos. Una vez que me mudé a Detroit, ya no me comuniqué con ninguno de ellos.

El Templo de ISKCON en Detroit

ISKCON Detroit Una vez, fui invitado a Lansing, la capital de Michigan, por uno de mis colegas senior de IIT Delhi. Era todo un caballero y había oído hablar de mi inclinación espiritual, lo cual fue una gran noticia para mi círculo de amigos. Él me informó que en el centro de Detroit, había un templo Rādhā-Kṛṣṇa muy hermoso donde hacían ārati, conferencias y compartían prasāda todos los domingos por la noche. Cuando regresé a Detroit, averigüe el número de teléfono del templo y les llamé para pedir direcciones. Debido a que solíamos ayunar los sábados y domingos, mi compañero de cuarto y yo pensamos que era un arreglo perfecto para romper nuestro ayuno en el templo ya que estaban repartiendo prasāda. Por así decirlo, no nos gustaba mucho cocinar.

Antes de ir, no sabía que era un templo de ISKCON. Dada mi experiencia pasada, no habría ido si lo hubiera sabido. Una vez que llegamos, quedé completamente cautivado por todo el entorno del templo, las deidades y el prasāda. Solo me molestó la forma en que los devotos interactúaban conmigo, pero era diferente del templo de ISKCON de Miami porque había muchos visitantes y devotos indios.

Un devoto indio me dio una copia de la revista “Back to Godhead”. En ese momento, Śrīla Prabhupāda-līlāmṛta (biografía) aún no se había impreso, pero algunas partes se estaban publicando en el BTG. Estaban imprimiendo capítulos del segundo volumen, “Luchando solo”. Esto cautivó mi corazón por completo. Describía la lucha de Prabhupāda en el Bowery de Nueva York. Me impresionó mucho su dedicación y sus esfuerzos por difundir el bhakti en Occidente. Visitaba el templo con regularidad y los devotos siempre trataban de predicarme, lo que más tarde supe que era su deber. Siempre terminaba discutiendo con ellos. Después de algunas visitas, los devotos dejaron de predicarme. Más tarde, supe que el presidente del templo, que resultó ser ex alumno de mi Instituto, escuchó hablar de mí, e instruyó a los brahmacārīs para que me dejaran en paz; él, se ocuparía de mí personalmente.

Un Gurú como Prabhupāda

El presidente del templo, se reunía conmigo y con mi amigo y nos hablaba muy amablemente. Siendo discípulo de Prabhupāda, nos contó sus experiencias personales con él. Después de leer la biografía de Prabhupāda, ya estaba pensando en convertirme en su discípulo, pero pronto supe que ya no estaba presente. Luego planeé ir a la India para encontrar a algunos de sus hermanos espirituales. Pensé que si Prabhupāda y su Gurú eran tan grandiosos debía haber otros discípulos de Bhaktisiddhānta que fueran igual de grandiosos, y que podría aceptar a uno de ellos como Gurú.

Un día, cuando estaba hablando con mi amigo sobre mi plan de volver a la India y buscar un Gurú entre los hermanos espirituales de Prabhupāda, él me preguntó: “¿Crees en Prabhupāda?” Respondí: “Por supuesto, de lo contrario, ¿por qué buscaría a sus hermanos espirituales?” Presionó: “¿Crees que Prabhupāda es un devoto puro?” Respondí afirmativamente. A esto dijo: “Un devoto puro es perfecto. Él sabe todo. Prabhupāda es un devoto puro y ha designado a 11 de sus discípulos para que actúen como Gurús. Así que debes aceptar dīkṣā de uno de ellos “. Su argumento me convenció y así es como me uní a ISKCON en 1980, en Detroit.

Un Intenso Deseo por Estudiar los Sandarbhas

A través de los libros de Prabhupāda, me enteré de los Ṣaṭ Sandarbhas de Śrī Jīva Gosvāmī, a quien Prabhupāda consideraba el más grande filósofo. Entonces surgió en mí, un intenso deseo de estudiar estos Sandarbhas. En ese momento, no tenía idea de cómo era posible cumplir ese deseo, pero sabía que no podría suceder en los Estados Unidos; para estudiar los Sandarbhas, tendría que regresar a la India. Además, a los devotos de ISKCON no se les motivaba a leer nada excepto las publicaciones del BBT. Mientras tanto, comencé a aprender sánscrito por mis propios esfuerzos. Tenía la esperanza de que algún día podría ir a la India y aprender sánscrito lo suficientemente bien como para estudiar los Sandarbhas. Sin embargo, los devotos siempre hablaban negativamente sobre regresar a la India y decían que en los templos de ISKCON en India, casi no había servicio que hacer, por lo que era una pérdida de tiempo ir allí, cuando tenía un servicio importante en el templo de Detroit. Por lo tanto, no tenía ningún plan inmediato de regresar a la India.

Al mismo tiempo, recibía regularmente noticias de mi familia, acerca de su constante preocupación por mí, especialmente mi madre, que solía llorar pensando en mí. Ella pensó que, dado que me había convertido en sādhu, estaría mendigando comida en los Estados Unidos porque veía a los sādhus en la India mendigando de casa en casa. Quería que volviera y viviera en algún templo de la India para no tener que andar mendigando. Teniendo en cuenta la preocupación de mi madre y también mi situación en ISKCON, que había dado un giro drástico debido a la partida de mi Gurú iniciador en ISKCON, decidí regresar a la India en 1983. Visité a mi familia, consolé a mi madre y luego visité Mayapur y los templos de Vrindavan.

Mi deseo era estar en ISKCON-Vrindavan, pero considerando que mi familia vivía a solo dos horas de Vrindavan, no pensé que fuera una buena idea. Por lo tanto, elegí servir en ISKCON Tirupati, donde comencé a aprender sánscrito con un profesor. Mientras seguí soñando con mudarme a Vrindavan.

(Continuara)



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